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El peeling químico es un procedimiento dermatológico no quirúrgico y no invasivo que se utiliza para mejorar la apariencia y textura de la piel. Este tratamiento consiste en aplicar diferentes tipos de ácidos sobre la piel, con el propósito de exfoliar las capas superficiales y, en algunos casos, las capas más profundas de la piel. La acción de los ácidos acelera el proceso de renovación celular, promoviendo la eliminación de células muertas y la regeneración de una piel más fresca y saludable.

Existen varios tipos de peelings químicos, que se clasifican en función de la profundidad de su acción: superficial, medio y profundo. Cada tipo de peeling está indicado para diferentes problemas cutáneos y tipos de piel. Los peelings superficiales utilizan ácidos suaves, como el ácido glicólico o el ácido láctico, y son ideales para mejorar la textura y el tono de la piel, así como para tratar el acné leve y las manchas superficiales. Los peelings medios, que emplean ácidos más fuertes como el ácido tricloroacético, son efectivos para tratar arrugas finas, hiperpigmentación y cicatrices de acné moderadas. Los peelings profundos, que utilizan sustancias como el fenol, penetran en las capas más profundas de la piel y son adecuados para tratar arrugas más profundas, cicatrices severas y daño solar extenso.

El proceso del peeling químico suele comenzar con una limpieza profunda de la piel para eliminar cualquier impureza. A continuación, se aplica el ácido seleccionado de manera uniforme sobre la piel. Durante el procedimiento, el paciente puede experimentar una sensación de escozor o ardor, que varía según la profundidad del peeling. Una vez transcurrido el tiempo necesario, se neutraliza el ácido o se retira de la piel.

Después del tratamiento, es común experimentar enrojecimiento, hinchazón y descamación de la piel, especialmente con peelings más profundos. La piel nueva que emerge es más sensible y requiere cuidados especiales, incluyendo el uso de protector solar, hidratación adecuada y evitar la exposición directa al sol.

El peeling químico es una opción popular para mejorar diversos defectos e imperfecciones cutáneas, como arrugas, líneas de expresión, manchas, cicatrices de acné y textura desigual. Sin embargo, no es adecuado para todas las personas, y es esencial una evaluación dermatológica previa para determinar la idoneidad del tratamiento y personalizarlo según las necesidades específicas de cada paciente.

Precio 120€